Vidas Privadas...
Estreno sección por motivos... privados.
Quizás el título no les sugiera nada a aquellos que no tienen el gusto (o el disgusto) de conocerme, y quizás aquellos que sí me conocen creen de idiotas el salirme de la historia principal del blog. Yo, la verdad, no espero numerosos comentarios ni dulces halagos a los que, gracias a todos, estoy acostumbrada. Sólo quiero que todos los que empezasteis un día a leerme, y desde entonces no habéis parado; todos los que dedicais vuestro, estoy segura que valioso, tiempo a redactar deliciosos comentarios, públicos y privados; todos los que qusisteis darme el honor y el placer de poder hablar con vosotros, fuera de Once Mariposas tengais el derecho a conocerme, aunque solamente sea un poquito, a mí.
El amor es algo ciertamente fascinante. Dicen que no tiene edad, y también que no se puede definir. Entonces, pienso yo, ¿qué es todo esto?
...conveniencia.
...sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con otro ser.
...vergüenza.
... sentimiento hacia otra persona que naturalmente nos atrae y que, procurando reciprocidad en el deseo de unión, nos completa, alegra y da energía para convivir, comunicarnos y crear.
...sexo.
...planta umbelífera.
...maltrato.
...lo más grande en este mundo
...
Pues sí, por si no lo han adivinado son definiciones que decenas de amigos y un magnífico diccionario de la RAE me han proporcionado. Así que lo siento, pero el o la que dijo que esta palabreja que a tantos quita el sueño es indefinible, se equivocaba. O quizás no del todo. En mi opinión, el amor es estar enamorado y, desde la más completa ignorancia en cuanto a este complejo estado creo que sí se podría, con mucho tiempo, mucha paciencia, y muchísimo conocimiento del lenguaje y del apasionate mundo de la psicología humana (práctica y teóricamente), llegar a plasmar en un papel, a pesar de que como ecologista me parecería un absurdo desperdicio de los recursos naturales del planeta (escúsenme, necesitaba decirlo). Pero como yo no poseo ninguna de estas facultades me limito a escoger, desinteresadamente y por AMOR al arte, mis acepciones favoritas aquí arriba.
Aunque a algunos os parezca difícil, esto tiene mucho que ver con mi vida privada pues, últimamente, me siento indecisa. No, por supuesto, entre dos amores, sino entre lo que siento, y lo que he aprendido en los cortos años que, hasta ahora, dura mi existencia. Mi corazón me induce a pensar que lo que en él ocurre es verdaderamente amor, y la razón insiste en afirmar que yo no estoy enamorada. Lo único que me consuela ahora es la esperanza de volver a ver a mi objeto de deseo, y el permantente recuerdo de alguien que creó una auténtica batalla en mi interior.